lunes, 20 de junio de 2011

En esta edición, contaremos con ellas...

CHARO PITA

Nació a la edad de seis años cuando terminó de leer su primer libro. Desde ese día su edad se ha ido adaptando hasta hacerla sentir contemporánea de todo el mundo.

Resulta difícil decir algo sobre ella salvo que siempre está a medio camino: ni niña ni adulta, ni gorda ni flaca, ni rubia ni morena, ni india ni vaquera, ni de aquí ni de allí, una salvaje apacible, entre el polvo del viaje y la modorra de una butaca vieja, unas veces con la palabra en la boca, otra con la música...



ELENA PÉREZ

Cuentacuentos, artista plástica y profesora de Educación Plástica y Visual en un instituto. Ante todo persona y mortal (solo faltaba).

Digamos que en primer lugar nací, y hasta ahora. Estudié arquitectura, comencé a pintar a los 18 años y me formé como escultora cuando terminé mi formación de arquitecta. En 1997 empecé a contar cuentos por causalidades de la vida con la intensa sensación de que le daba nombre a algo que llevaba haciendo toda la vida. He participado en diferentes festivales como la Maratón de Cuentos de Guadalajara, Un riu de contes, Un Madrid de cuento o Extrecuento.

Actualmente resido en Extremadura, donde intento que la docencia se nutra de los cuentos y la plástica, la plástica de los cuentos y la docencia y los cuentos… (es fácil)


EUGENIA MANZANERA

Había una vez una niña que tenía una capa roja y una cesta. Su madre no le llenó la cesta de ricos manjares porque no tenía abuela a quien visitar. Pero ella paseaba por el bosque y recogía lo que le gustaba, lo que le motivaba, lo que le emocionaba e incluso hasta lo que le asqueaba…y todo iba… a la cesta. Le divertía recorrer el bosque en busca de tesoros aunque a veces hacía frío y un lobo siempre acechaba a los paseantes. Y llegó el día, el día siempre llega, en que aquel lobo le cortó el paso. El miedo la paralizó pero intuitivamente tuvo una idea, sacó todo lo que tenía en la cesta, todo lo que había ido recolectando en sus paseos boscosos y se lo mostró al lobo. El lobo no se la comió, se sentó y la escuchó.
Tal vez algún día corra con los lobos o se quede para siempre recogiendo cosas del bosque…lo que sé es que el lobo ya no se la comerá porque tiene algo que contar.






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